jueves, 27 de marzo de 2014

Relación de la Literatura con el Periodismo



  Definición de periodismo: Se conoce como periodismo a la actividad de hacer pública de manera periódica cierta información de diverso tipo y tenor. Esa información siempre tiene como característica principal ser actual y renovarse momento a momento, por lo cual el nombre de la actividad proviene justamente de esa cualidad de constante renovación.
  Como primer antecedente de las afinidades (más o menos reconocibles y reconocidas) entre el periodismo y la literatura son innumerables y se remontan muy atrás en la historia. En una suerte de prehistoria del periodismo podríamos considerar a Homero como el primer gran periodista conocido. La Odisea es de un modo bien evidente una suerte de reportaje periodístico, mientras que La Ilíada es una composición a través de crónicas.
   Pero lejos de esta sutil interpretación, lo literario tiene bases mucho más profundas y significativas:

1) Desde un aspecto comunicacional, es posible hallar una ubicación del periodismo con relación a la literatura.
2) Mediante un análisis exhaustivo de los géneros, un orden donde se ubica el periodismo literario y la literatura periodística en torno a la noticia y la información, como modos de enunciación y discurso.
3) La historia, por su parte, refleja la discusión de los escritores ante la Real Academia Española, con el surgimiento del periodismo vinculado con la literatura.
4) Otro aspecto a considerar es la existencia de un periodista escritor y un escritor periodista.
5) En el estudio lingüístico, diversos autores establecen factores comunes entre literatura y periodismo, con un esquema de la problemática.
6) Otro aspecto sería interpretar la ambigüedad de géneros, principalmente, en el reportaje novelado.
7) Como último punto, se ofrece un punto de vista interesante en cuanto a la “búsqueda de una verdad”, tanto en el periodismo como en la literatura. 


   Por periodismo se entiende la función social de recopilar, procesar y difundir por cualquier medio de comunicación (mass media) una noticia de interés público, con la finalidad de informar y formar, así como también la de persuadir y entretener. El mensaje periodístico, aparte de ser un hecho comunicable en el más amplio sentido, cumple con la función formativa por los juicios de valor que se emiten. “El periodismo es la historia del presente y la literatura es el periodismo del pasado. Es lógico que, dentro del campo de la comunicación histórica, antes de investigar lo que hicieron los antepasados, interese al hombre saber lo que hacen sus contemporáneos. El tiempo convierte en historia lo que en otrora fue periodismo”. En las tradicionales definiciones de literatura: “compromiso”, (Sartre, 1962) “búsqueda de la subjetividad”, (Eliot, 1959) “de la imitación de la realidad-mimesis”, (Aristóteles, 1982) se sumaría la propuesta de Graciela Montes: un acercamiento entre la realidad y la fantasía. La literatura es una búsqueda nueva, ni un sueñismo de fantasía divagante, ni el realismo mentiroso. Más bien exploración de la palabra, que es exploración del mundo y que incluye en un solo abrazo lo que suele llamarse realidad y lo que suele llamarse fantasía, ya que no sólo el mundo del escritor estará lleno de sutilezas y belleza, sino que mediante la “exploración de la palabra” puede fomentar en los lectores nuevas búsquedas internas. El lenguaje periodístico, al contrario que la literatura, es un lenguaje mixto que incorpora comunicación verbal y comunicación visual. El periodista puede ofrecer el texto informativo apoyado con recursos tipográficos, fotográficos e infográficos (dibujos, diagramas, esquemas, planos de localización, etc.), lo que confiere a éste una mayor complejidad en la compaginación o maquetación de los contenidos. Todos los componentes tienen un significado que se debe desentrañar contemplándolos como un todo.

Veamos lo que dice Aguilera de la relación entre lenguaje periodístico y lenguaje literario: “(...) La eficacia y la economía expresiva son las coordenadas dentro de las que podríamos inscribir las características propias del lenguaje utilizado en los géneros estrictamente de información de actualidad. Por el contrario, la lengua literaria aparece vinculada al hecho de que el escritor utilice un registro nuevo, diferente del ordinario”. Una perfecta ejemplificación de la relación entre el periodismo y las técnicas narrativas propias de la novela realista es Los ejércitos de la noche, de Norman Mailer, obra publicada en 1969, y caracterizada por su perfecta mezcolanza de historia, reportaje y novela. La protesta contra la guerra de Vietnam se convierte en una narración. Reportaje aparecido originariamente en 14 entregas en el diario El Espectador. Es un perfecto ejemplo de reportaje novelado, deudor en parte del nuevo periodismo norteamericano y de piezas como Los ejércitos de la noche, de Norman Mailer o A sangre fría, de Truman Capote. Cumple de hecho muchas de las características de los textos New Journalism, como la narración en primera persona, la realización de una gran tarea documental o el detallismo, que otorga una gran verosimilitud a la narración. Se trata de un relato que toma los hechos sucedidos en la realidad y los engarza de una manera artística y atractiva. Usa técnicas narrativas como el clímax y momentos de tensión y suspense al final de cada entrega diaria. Se produce una interrelación entre periodismo y literatura. Es una narración construida con frases cortas y sencillas, con una genial economía de recursos. Todas estas características son propias del lenguaje periodístico. Profundiza en los hechos históricos de la realidad objetiva a partir de elementos ficticios, con lo que se consigue una visión mejor y más completa sobre la época de la violencia que con miles de páginas del periodismo decimonónico. Por todo ello convenimos en calificar a esta obra como una ficción de base realista.

Nuevo periodismo: Truman Capote.

   El llamado nuevo periodismo es una corriente periodística que para muchos tuvo su nacimiento en los años 1960 en los EE. UU. En el contexto de los cambios sociales y culturales que se vivieron en dicha época, a raíz de la publicación del libro A sangre fría de Truman Capote, novela de no ficción donde se combinaban elementos literarios con otros propios de la investigación periodística. Pero hay un dato que no debe pasar inadvertido, y es la obra Operación Masacre de Rodolfo Walsh, en 1957, fiel reflejo de lo que luego se denominó New Journalism (Nuevo Periodismo).
   Se caracteriza por aplicar recursos y técnicas de la literatura de ficción y otras corrientes consideradas hasta entonces incorrectas por el periodismo tradicional. Por este motivo, el nuevo periodismo supone una renovación en las formas de narración de reportajes, crónicas y entrevistas, combinando lo mejor de la literatura con lo mejor del periodismo. Se distinguen así las dos claves básicas de la renovación periodística que pretende el movimiento:

Dimensión estética: Los periodistas del género escriben sus reportajes para que se lean como si fueran relatos, utilizando diálogos de gran realismo, descripciones muy detalladas, caracterizaciones y un lenguaje urbano. Asimismo, el periodista asume mayor protagonismo que en el periodismo convencional, ya que da su visión personal de los acontecimientos, aunque intenta hacerlo de la forma más objetiva posible.

Investigación: Intentan manejar la mayor información posible, salir a la calle y procurar estar en el lugar de los hechos. Manteniendo las mismas exigencias de precisión, verificación, objetividad e investigación del buen periodismo.

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