http://muhimu.es/politica/manipulacion/
entrar al link.
lunes, 31 de agosto de 2015
martes, 4 de agosto de 2015
Cosmovisión Épica- Algunas características principales.
Cosmovisión Épica
Los orígenes de la literatura española (propiamente castellana), son vagos e imprecisos. Si partimos de la idea de que no llegó a escribirse sino probablemente en los siglos IX o X, y estas obras se fijan con el nacimiento de las primeras obras literarias en romance (estas primeras obras escritas en romance debieron ser, como ocurrieron con otras literaturas, de carácter épico y en verso). Pero vayamos desarrollando por pasos.
Origen del Romance
No se posee ninguna obra escrita correspondiente a este primer periodo del romance: “Tal periodo habría de colocarse en el siglo X, y todas las obras que han llegado a nosotros a una época posterior”[1].
El idioma que empezó a hablarse en Castilla en estos oscuros orígenes se llamó romance,, voz que proviene de Roma, de la expresión hablar a la romana.
Hubo 2 tipos de romances:
1- El romance Popular, desde el siglo VIII, del cual no queda ningún registro.
2- El romance Literario, que aparece en el siglo XII, con la primera obra escrita en esta lengua, el Poema del Mío Cid (o Cantar del Mío Cid).
En España, hasta el siglo X, solo se escribió en latín, el bajo latín de los eruditos, pero ya con muchas expresiones romanceadas, como se pueden observar en documentos de ese siglo. Antes de ese latín romanceado y escrito, existió el hablado.
Las primeras obras de las letras hispánicas no han llegado hasta nosotros, lo que dificulta el estudio de este periodo. Solo contamos con un poema perteneciente al siglo XII, el Cantar del Mío Cid, de extraordinario valor, no solo por ser la primera obra literaria española, sino por ser una de las joyas más puras de toda la literatura medieval, tanto española como extranjera. Algunas otras obras posteriores posiblemente del mismo género como el fragmento de un cantar sobre Roscenvalles, del siglo XIII y el Cantar de Rodrigo, del siglo XIV, es lo único que queda de la producción primitiva española.
La Epopeya surgiría así en España contemporáneamente con los mismos héroes que en ellas se cantan. El Cid, el conde Fernán Gonzales, los Infantes de Lara, inspiran a los anónimos autores de las primitivas gestas heroicas y sus épicas hazañas conmueven hondamente a través de todas las capas sociales, del Rey al Labriego, al pueblo español. De ahí su carácter realista y la precisión histórica que es un rasgo característico de las gestas españolas, por oposición a las francesas, las que se han escrito mucho tiempo después de la muerte de sus héroes. Se apartan de la verdad histórica para dar paso a la fantasía y la leyenda.
La epopeya española surgió, por consiguiente, en medio de la Reconquista, en momentos de gran exaltación del sentimiento heroico y nacional.
Características de las primitivas gestas castellanas
El repertorio de los Juglares[2] estaba formado por las gestas o cantares de gesta (gesta, del Latín, “hazaña”). Estas eran largas narraciones en verso, en las cuales se contaban hazañas de los héroes nacionales. Poseían estas características:
A-Eran populares: Obras anónimas, pero sin dudas escritas por letrados o personas con cultura literaria, nacían en el pueblo –con todos los elementos vivos del mismo- e iban dirigidos a todas las clases sociales, al pueblo mismo.
B-Tenían fondo histórico: El tema de los primitivos poemas castellanos es siempre histórico. En esta época, no hay historia propiamente dicha, y solo recogen los hechos de armas y las hazañas que encienden el sentimiento nacional de los castellanos, en los poemas de gesta, verdaderos anales de esos tiempos (de aquí partirán las primeras crónicas históricas de la península). Estos poemas se diferencian en este aspecto de los franceses, en los cual predominan lo fantástico sobre lo histórico. De ahí que en ellos – según Menéndez Pidal[3]- “los juglares cantan con sus instrumentos y ademanes no solo para recreo, sino para la información de los oyentes (ad recreationem et forte ad informationem), rasgo éste que distingue la gesta española de las demás gestas medievales.”
C-Eran realistas, como se vio en el ítem anterior.
D-Se transmitían oralmente: Se singularizan también estas canciones de gesta por su carácter evolutivo, pues ellas han sufrido modificaciones y ampliaciones a medida que pasaban los años y se difundían en el pueblo.
E-Su carácter nacional: Antes del siglo XII, la épica castellana no se resiente de la influencia alguna. A partir de dicho siglo, se nota en ella la influencia de la épica francesa, cosa que se puede explicar, ya que en los primeros siglos de la Edad Media eran frecuentes las peregrinaciones hasta Santiago de Compostela, en honor al apóstol Santiago, las que sguian el llamado “camino francés·
F-Versificación: Las canciones de gesta presentan una métrica muy irregular. Predominan los versos de catorce (alejandrinos) o dieciséis silabas, pero también los hay de otras medidas. En la acentuación, son así mismo, irregulares.
G-Los autores: Desconocemos los nombres de los autores de las canciones de gestas. Lo mismo que ocurre con otros primitivos géneros: teatro, novela, etc. Menéndez Pidal llama Juglares a los autores de las primitivas gestas. Debido a las características anteriores vistas, y también a que en esa época, no existía como ahora el concepto de autor, ya que se consideraba (según el pensamiento medieval) que el único autor de todo era “Dios”, y los hombres, simples vehículos de sus mensajes.
[1]
Fitzmaurice-Kelly,
Historia de la literatura española, Madrid, 1926
[2] Tema que será tratado en clase, al
igual que la figura del Trovador
[3]
Extraído del manual para cuarto año de Fermín Estrella Gutiérrez “Literatura
española con antología, Editorial Kapeluz, Buenos Aires, Argentina, 1984.
domingo, 5 de julio de 2015
El hombre que ríe - (the man who laughs) de Victor Hugo.
Dato interesante, esta película de 1928 inspiró a Jerry Robinson, Bill Finger y Bob Kane para crear al enemigo de Batman, su contraparte, el Jocker.
La ultima imagen, pertenece a la película de 1928
Dirigida durante los últimos años de su carrera, justo cuando Paul Leni se encontraba a las puertas de Hollywood, El hombre que ríe es una adaptación de la novela homónima de Victor Hugo capaz de dar forma y comprimir algunas de las características del expresionismo alemán (lugar del que procedía el autor de El legado tenebroso) para sumergirnos en la historia de Gwynplaine, un pequeño que después de ser sometido a una operación quirúrgica que dibujará por siempre jamás una sonrisa en su boca, encontrará, con un bebé en sus brazos, cobijo bajo la caravana de Ursus; todo ello tras quedar huérfano debido a la muerte de su padre en manos de un malvado Rey y su bufonesco ayudante.
Lejos de transformarse en uno de tantos relatos donde, con la maduración del muchacho, se nos citará en el contexto perfecto para que el protagonista pueda urdir su venganza, Leni prefiere centrar su relato entorno a la humanización de la figura de Gwynplaine, un personaje que se recluirá en su entorno, formado por el propio Ursus y la bella Dea, únicamente dejándose ver en sus actuaciones para el espectáculo ambulante de su cuidador. En ese marco, Leni construye un relato pausado que busca huir de la acción para fomentar una relación, la de Dea y Gwynplaine, que funcionará como eje del film construyendo entorno a él un poderoso y crudo drama romántico donde, ni el acercamiento en sus minutos finales a un cine quizá más desposeído de esas cualidades que venían rodeando la obra, ni la ruptura de un tono decididamente más terrenal para forjar una conclusión consecuente, logran diluir ese profundo halo, y todavía menos la interpretación de un Conrad Veidt que ya ha quedado grabada a fuego en la retina de más de un espectador por méritos propios.
lunes, 22 de junio de 2015
Paulo Freire "pedagogía del Oprimido" Link de entrada
(Recife, Brasil, 1921 - São Paulo, 1997) Pedagogo brasileño. Estudió filosofía en la Universidad de Pernambuco e inició su labor como profesor en la Universidad de Recife, como profesor de historia y filosofía de la educación. De creencias profundamente cristianas, Paulo Freire concibió su pensamiento pedagógico, que es a la vez un pensamiento político. Promovió una educación humanista, que buscase la integración del individuo en su realidad nacional. Fue la suya una pedagogía del oprimido, ligada a postulados de ruptura y de transformación total de la sociedad, que encontró la oposición de ciertos sectores sociales. Definió la educación como un proceso destinado no a la domesticación sino a la liberación del individuo, a través del desarrollo de su conciencia crítica.
Las ideas educativas de Paulo Freire quedaron recogidas en los diversos ensayos que publicó. Entre otros títulos, destacan La educación como práctica de la libertad(1967), Pedagogía del oprimido (1969) y Educación y cambio (1976).
http://www.servicioskoinonia.org/biblioteca/general/FreirePedagogiadelOprimido.pdf
sábado, 2 de mayo de 2015
miércoles, 22 de abril de 2015
Leyenda Urbana - Rufina Cambaceres.
Rufina Cambaceres
1883- 1902
La historia de la señorita Rufina Cambaceres se contó de generación en generación y cada boca que la relataba iba agregándole algo distinto, es por eso que hoy en pleno siglo XXI no se puede conocer una “única verdad” de esta historia.
La hipocresía de una época también hizo lo suyo, ya que los prejuicios de comienzos de siglo pasado eran tanto que se tejieron por aquel entonces cientos de versiones diferentes.
La familia de Rufina vivía en una distinguida y hermosa casona en la calle Monte de Oca del barrio de Barracas casi enfrente de la Casa Cuna (hoy ya demolida), a pesar de su opulencia su familia estaba signada por el “malquehablar” de la época, esto fue porque Eugenio Modesto del Corazón de Jesús Cambaceres
de la alta aristocracia argentina, abogado, graduado en la facultad de derecho, que había sido elegido diputado por la legislatura porteña en 1871 era muy transgresor para su época. Durante su mandato presentó un proyecto de separación de la Iglesia y el Estado que produjo un gran escándalo en la sociedad de la época.
En 1876 se dedicó a escribir, logrando poner ante los ojos de todos, la hipocresía de la “santurrona” alta sociedad porteña de fines de siglo XIX con sus urticantes obras.
Para colmo de males, en uno de sus viajes a Europa conoce a Luisa Baccichi (foto), una bailadora austríaca con la cual se casa y regresa a Buenos Aires.
Recordemos que por aquel entonces toda mujer que integraba una compañía de baile era considera menos que una “prostituta”, tal es así que al apellido de luisa rápidamente lo trasformaron en “bachicha” siendo tomado en sorna en todas las fiestas de la alta sociedad porteña.
En ese contesto nace un 31 de mayo de 1883 Rufina, una niña que creció retraída de cara a todas las cosas que tenia que escuchar de su familia, para colmo de sus males a la edad de 5 años pierde a su padre.
Rufina pasó su niñez entre la casona de Monte de Oca y un Campo heredado de su abuelo Llamado el “El Quemado” allí se refugiaba y soñaba de “cómo iba a ser su vida cuando creciera”.
Los días pasaron rápido y Rufina poco a poco se fue trasformando en una adolescente encantadora, heredando muchas de la “dotes de su madre” que aunque ya mayor, conservaba muchos de sus encantos. Tal vez será por eso que Luisa supo conquistar hasta el mismo “pretendiente” de su hija, que no era otro que Hipólito Yrigoyen un político muy influyente de la época.
Un versión de esta historia indica que Yrigoyen (que por aquel entonces tenia 45 años) conoció a Rufina cuando ésta tenia tan solo 15 años. Él frecuentaba su casa y la niña ta vez se enamoró por falta de una imagen paterna. Recordemos que por aquel entonces “era muy común que señores grandes filtrearan y se casaran con adolescentes a pesar de una diferencia grande de edad”.
No se sabe si Yrigoyen correspondía el amor que sentía la niña, pero sí sabemos que (el que iba a ser presidente de los argentinos en 1916) mantenía una relación con Luisa, de hecho de esa “pasión” nació un hijo Luis Herman Irigoyen que (auque reconocido con el tiempo) tubo que cambiar la Y por una I latina.
De esto nada sabia la joven Rufina, ella seguía con su “sueño idílico” y tanto sus amigas y su madre alimentaban la pasión de la soñadora adolescente.
Según los “corillos” que se dijeron por en aquella época (y no sabemos si influenciado por la mala imagen de Luisa o que) era que “Bachicha dopaba a su hija”, con somníferos para realizar encuentros “furtivos” de amor con Yrigoyen en su casa de Montes de Oca, tal vez, esta versión salió para de algún modo “justificar” lo que le sucedió con el tiempo a la pobre Rufina.
La supuesta muerte de Rufina
El 31 de mayo de 1902 Rufina cumplía 19 años, durante años había alimentado sus sueños que el mismo Yrigoyen se había encargado de hacer crecer, ya mayor (se imaginó) que es noche era especial y que luego de festejar con una tertulia en su casa e ir al Tetro Colon a escuchar una orquesta sinfónica, llegaría por fin el momento de darle rienda suelta a todo el amor (que según ella) se prodigaban.
Pero ese día, mientras Rufina se preparaba para la gran velada, una amiga se encargó de abrirle los ojos y le explicó lo que todo el mundo en definitiva sabía.
Le habló de “la pasión de su madre con su pretendiente” y que en realidad “su medio hermano era hijo de Yrigoyen”.
A Rufina Cambaceres en ese momento “se le paralizó el corazón” y esto es literal”.
Los gritos de los sirvientes que vestían a Rufina alertaron a todos los presente, su madre corrió a su habitación y vio a la joven cumpleañera sin signos vitales en el piso, un médico que se encontraba en la casa trató de reanimarla pero no pudo, después, dos médicos más confirmaron su muerte “síncope” aseguraron y rubricaron.
Rápidamente Rufina fue alojada en la bóveda de su tío Antonio Cambaceres, estanciero de gran fortuna y director del Banco provincia de Buenos Aires, donde también estaban los restos de su padre.
Lo que sucedió después sólo Dios y Rufina lo saben, lo cierto es que un cuidador durante su ronda diaria escucho golpes que provenían en dirección de la cripta donde había sido depositada un día antes Rufina, éste sin percatarse demasiado (y conciente de que seguramente había sido uno de los tantos gatos del cementerio) pegó un ojo sobre el vidrio de la gran puerta de hierro de la bóveda y notó que el cajón de Rufina estaba levemente corrido del estante, rápidamente avisó a la familia, que acudió de inmediato que sin preocupación acomodo el féretro nuevamente en su lugar, sin dar demasiada trascendencia al curioso hecho.
La leyenda cuenta que su abuela en Italia al enterrase de lo sucedido viajó lo más urgentemente posible a Buenos Aires (recordemos que en aquel tiempo sólo existía el barco para comunicarse de un continente a otro) y a su llegada ordenó abrir el cajón de su nieta a penas unas semanas muerta. Al abrir el ataúd de encuentran con el espantoso cuadro aterrador, el cuerpo de la bella adolescente de espaldas y su cara toda arañada, seguramente de la desesperación.
Rufina no estaba muerta, había tenido un ataque de catalepsia y había despertado dentro de se ataúd, golpeo y trato con todas sus fuerzas poder salir, pero no pudo. Tal vez, pensó en ese momento “que sentido tenía seguir viviendo si toda su vida había sido una mentira”, pero igual luchó y se aferró a la vida al menos por instinto.
El de Rufina fue el primer ataque de cataléptica que registro el país y a partir de allí alguno dicen que a los muertos se los empezó a velar al menso 24 hs. después de fallecidos.
Su abuela mando a construir un nuevo féretro, este sin ningún tipo de cerramiento y con su tapa apenas apoyada (por las dudas)
además, mando a construir un monumento en su honor en mármol estatuario de Carrara (que se encuentra en la ochava de la bóveda), para que nadie olvide su historia, allí se la ve a Rufina con una mano desfalleciente, tratando de abrir una puerta y una lagrima cayendo por su mejilla derecha, tal vez por su penosa vida, o lo ridículo de su muerte en el mismo día de su cumpleaños, o por su amor…ése que jamás fue correspondido.
fuente:
https://mortaja.wordpress.com/rufina-cambaceres-%E2%80%9Cla-que-desperto-de-su-muerte%E2%80%9D/
Leyenda Urbana - SANGRE ESCOLAR – LEYENDA URBANA DE MONTE GRANDE
Cuenta la leyenda que hace muchos años la directora de un prestigioso colegio de la zona de Monte Grande en una revisión rutinaria de las instalaciones de la escuela, encontró el cadáver de la señora de la limpieza tirado en el baño en un gran charco de sangre. Tenía la ropa llena de sangre y su cuerpo de profundas heridas. Su cara estaba absolutamente demacrada y aplastada.
Aterrada, llamó a la Policía y estos se llevaron el cadáver, al parecer había muerto tras varias horas de crueles torturas.
Nunca se descubrió al culpable y la memoria de lo sucedido fue pasando de generación en generación de estudiantes, que contaban la historia entre burlas y sin darle la mayor importancia.
Actualmente se dice que, si te encierras a solas en el baño, puedes sentir como la mujer toca la puerta… Si cometes el error de abrirle, su espíritu atormentado entrará y te torturará del mismo modo que lo hicieron con ella.
lunes, 20 de abril de 2015
Mitología y valores.
¿Cómo utilizar el mito en el contexto educativo?
La pregunta de cómo surgen, cómo se perpetúan y transforman los mitos a lo largo de generaciones es una de las que más quebraderos de cabeza ha ocasionado a historiadores, antropólogos, sociólogos y demás especialistas en la materia. Aunque todos ellos han aportado su granito de arena al tema, ninguno ha conseguido dar con la clave. ¿Por qué surgen los mitos? ¿Por qué las sociedades articulan su visión del mundo en torno a una serie de relatos que explican la realidad que les rodea? La explicación tradicional sitúa el pensamiento mítico en la fase más primitiva del desarrollo de la Humanidad, antes de que se diera paso al raciocinio y al uso del logos, de la lógica, para explicar la realidad. No hay duda de que el mito está enraizado en lo más profundo de nuestro ser; sin embargo, aunque hayamos dado en apariencia el salto hacia el logos de forma plena, los mitos siguen vivos en nuestra sociedad del siglo XXI. ¿Por qué nos siguen fascinando los relatos míticos? ¿Por qué, si sabemos que el Sol es una estrella alrededor de la cual gira el planeta Tierra seguimos leyendo con pasión el mito de Faetón y su carro celeste? ¿Por qué sigue fascinando la idea de que la sucesión de las estaciones se debe al rapto de Perséfone y al pacto que obliga a ésta a permanecer medio año junto a su esposo en el Hades y medio año junto a su madre en la superficie?
Los mitos han conservado su fuerza prácticamente intacta después de casi tres milenios de vida. El poder sugerente de los mitos lo entendieron muy bien los eruditos medievales, que aunque ya no creían en aquellos dioses paganos tan llamativos, siguieron utilizando sus historias para enseñar lecciones morales a los creyentes. El mito podía ser una gigantesca mentira, pero eso no invalidaba su mensaje. ¿Podemos utilizar este mensaje en el ámbito educativo del siglo XXI?
Hay muchas razones por las que la mitología clásica debería estar presente de forma constante en un buen plan de estudios, desde la más tierna infancia hasta el bachillerato. Dejaremos de lado cuestiones cruciales como que sin conocer la mitología clásica es imposible entender la Historia del Arte o la Literatura de cualquier época. Dejaremos de lado el hecho de que nuestras ciudades sigan plagadas de símbolos mitológicos que pasan desapercibidos a los ojos de los no iniciados. Centrémonos sólo en cómo los mitos pueden contribuir a una educación en valores. En un momento en el que la asignatura de Educación para la Ciudadanía está a punto de ser suprimida por la enésima reforma ministerial, en un momento en el que la Filosofía y la Ética quedan relegadas a un papel de simple adorno testimonial, la mitología puede tratar de cubrir el vacío que dejan estas materias. La mitología clásica ha sido durante siglos, incluso milenios, el vehículo para transmitir los mejores valores de la sociedad occidental. Lo hicieron los propios griegos y romanos, lo hicieron los eruditos medievales y lo hicieron los maestros de la Ilustración. Sería de locos ignorar esta larga tradición que tantos éxitos ha cosechado. Una enseñanza puede transmitirse de manera abstracta, pero desde luego prende de forma mucho más profunda y duradera si se la dota de un contexto atractivo. Ese es el papel que puede cumplir la mitología. Veámos algunos ejemplos.
Aunque algunos grupos ultraconservadores se resistan a ello, uno de los principales campos de trabajo de los planes de acción tutorial es el de la educación en el respeto a la variedad afectiva y sexual. Todavía hoy, por desgracia, presenciamos casos de homofobia, transfobia y acoso entre jóvenes que podrían solucionarse potenciando la educación en el respeto a la diversidad frente a la heterosexualidad como norma impuesta. El mundo antiguo nos ofrece una gran cantidad de ejemplos positivos de personajes homosexuales y bisexuales que pueden ser ofrecidos para que los alumnos entiendan la variedad como la tónica habitual. Nuestra visión del mundo suele asociar al homosexual con debilidad y afeminamiento. ¿Y si el alumno supiera que el poderoso Hércules tuvo amantes de su mismo sexo? ¿Qué decir de la relación entre Aquiles y Patroclo? ¿Y Apolo y el joven Jacinto? Con estos ejemplos, el mito permite al niño o al adolescente entender que a lo largo de la Historia han sido muchas las maneras de entender la realidad del amor y el sexo, y sacar como conclusión que la tolerancia es el único camino posible.
¿Qué mejor manera de combatir el machismo en las aulas que estudiando casos de mujeres fuertes que vivieron en pie de igualdad con los hombres? Pese a que la sociedad griega y latina fue esencialmente machista, no es difícil encontrar en la mitología ejemplos de estas mujeres que no se dejaron someter jamás por varón alguno. Basta pensar en las diosas Atenea o Artemisa como casos de féminas poderosas que nunca cedieron ante hombre alguno en fuerza o destreza en sus campos.
¿Queremos enseñar el valor de no juzgar a los demás por su apariencia? Ahí tenemos el magnífico pasaje de Ovidio sobre Filemón y Baucis y la manera en la que agasajaron a los dioses Júpiter y Mercurio disfrazados de mendigos. ¿El valor de la inteligencia frente a la fuerza bruta?
Homero nos da la respuesta en sus versos sobre Odiseo frente al cíclope Polifemo.
Con total seguridad, podríamos encontrar un mito adecuado a cada enseñanza que quisiéramos transmitir a nuestros alumnos. No en vano, estamos hablando de un patrimonio cultural que se forjó a lo largo de varios milenios y que las civilizaciones posteriores han ido enriqueciendo hasta llegar a nuestros días.
¿Cuál es el contexto en el que podríamos utilizar estos mitos? ¿Sólo la asignatura de Cultura Clásica o el tan maltratado Latín? Sería un craso error hacerlo así. El uso de la mitología como transmisora de valores puede tener cabida desde las amplias asignaturas de cualquier ciclo de primaria como, desde un punto de vista más maduro, en las asignaturas de Lengua o Ciencias Sociales de secundaria. ¿Por qué no utilizar los mitos también en las horas de tutoría para abordar dinámicas y reflexiones con los alumnos? Lo mitología no tienen límites, ni los tiene el aprovechamiento que los estudiantes puede hacer de ella.
No hay más remedio que tocar, por último, la gran limitación que pueden encontrar los docentes a la hora de poner en práctica este uso de la mitología como transmisora de valores. Una limitación que no es otra que las carencias en formación clásica que los docentes en primaria y la mayoría de los especialistas en secundaria suelen presentar. Poco espacio hay para la literatura y la mitología clásica en los programas de formación de maestros de primaria y profesores de secundaria. Hacer un sondeo entre el actual cuerpo de docentes para averiguar cuántos de ellos conocen los mitos de Apolo y Dafne, Narciso o Aracne, por citar sólo algunos de los más conocidos, ofrecería un resultado tan vergonzoso que sonrojaría a cualquier político mínimamente responsable. Con estas carencias como punto de partida, resulta muy difícil abordar un cambio que no pase por modificar la formación de los docentes en materias clásicas. Hace cien años que un profesor desconociera las Metamorfosis de Ovidio resultaba impensable. Hoy, por desgracia, es la norma habitual.
fuente: http://portalmitologia.com/mitologia-y-valores-como-utilizar-el-mito-en-el-contexto-educativo
martes, 7 de abril de 2015
El mito de Prometeo - Tres versiones
Versión 1
El mito de Prometeo
(Platón, Protágoras, 320d-321d)
<< ... Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no las especies mortales. Cuando a éstas les llegó, marcado por el destino, el tiempo de la génesis, los dioses las modelaron en las entrañas de la tierra, mezclando tierra, fuego y cuantas materias se combinan con fuego y tierra. Cuando se disponían a sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y Epimeteo que las revistiesen de facultades distribuyéndolas convenientemente entre ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le permitiese a él hacer la distribución "Una vez que yo haya hecho la distribución, dijo, tú la supervisas ". Con este permiso comienza a distribuir. Al distribuir, a unos les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a otros más débiles. Dotaba de armas a unas, en tanto que para aquellas, a las que daba una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que daba un cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse, en tanto que a las que daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las salvaba.
De este modo equitativo iba distribuyendo las restantes facultades. Y las ideaba tomando la precaución de que ninguna especie fuese aniquilada. Cuando les suministró los medios para evitar las destrucciones mutuas, ideó defensas contra el rigor de las estaciones enviadas por Zeus: las cubrió con pelo espeso y piel gruesa, aptos para protegerse del frío invernal y del calor ardiente, y, además, para que cuando fueran a acostarse, les sirviera de abrigo natural y adecuado a cada cual. A algunas les puso en los pies cascos y a otras piel gruesa sin sangre. Después de esto, suministró alimentos distintos a cada una: a una hierbas de la tierra; a otras, frutos de los árboles; y a otras raíces. Y hubo especies a las que permitió alimentarse con la carne de otros animales. Concedió a aquellas descendencia, y a éstos, devorados por aquéllas, gran fecundidad; procurando, así, salvar la especie.
Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darse cuenta, todas las facultades en los brutos. Pero quedaba aún sin equipar la especie humana y no sabía qué hacer. Hallándose en ese trance, llega Prometeo para supervisar la distribución. Ve a todos los animales armoniosamente equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme. Y ya era inminente el día señalado por el destino en el que el hombre debía salir de la tierra a la luz. Ante la imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el hombre. Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría política, porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo.
El hombre, una vez que participó de una porción divina, fue el único de los animales que, a causa de este parentesco divino, primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imágenes a los dioses. Luego, adquirió rápidamente el arte de articular sonidos vocales y nombres, e inventó viviendas, vestidos, calzado, abrigos, alimentos de la tierra. Equipados de este modo, los hombres vivían al principio dispersos y no en ciudades, siendo, así, aniquilados por las fieras, al ser en todo más débiles que ellas. El arte que profesaban constituía un medio, adecuado para alimentarse, pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían el arte de la política, del que el de la guerra es una parte. Buscaban la forma de reunirse y salvarse construyendo ciudades, pero, una vez reunidos, se ultrajaban entre sí por no poseer el arte de la política, de modo que al dispersarse de nuevo, perecían. Entonces Zeus, temiendo que nuestra especie quedase exterminada por completo, envió a Hermes para que llevase a los hombres el pudor y la justicia, a fin de que rigiesen en las ciudades la armonía y los lazos comunes de amistad. Preguntó, entonces, Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el pudor entre los hombres: "¿Las distribuyo como fueron distribuidas las demás artes?".
Pues éstas fueron distribuidas así: Con un solo hombre que posea el arte de la medicina, basta para tratar a muchos, legos en la materia; y lo mismo ocurre con los demás profesionales. ¿Reparto así la justicia y el poder entre los hombres, o bien las distribuyo entre todos?. "Entre todos, respondió Zeus; y que todos participen de ellas; porque si participan de ellas solo unos pocos, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciudades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado, como una peste, de la ciudad''.>>
Prometeo
En el barro esculpí a la Humanidad Dándole al primer hombre su existencia, Y logré asegurar su preeminencia En un mundo de fiera hostilidad.
Rompí las reglas por necesidad (todo es común en caso de emergencia), y acepté, aún siendo injusta, la sentencia que hirió mi cuerpo, no mi dignidad.
Prendí mi antorcha en el sagrado fuego Del sol, y se lo traje a los mortales Pagando mi bondad con mi agonía.
Quizá quebré las leyes, no lo niego; Pero fue por seguir los ideales Del corazón, no de la letra fría.
Versión 3
EL MITO DE PROMETEO
Prometeo, según la mitología griega, es un héroe y titán que robó el fuego a los dioses para dárselo a los hombres. Por esta causa Zeus le encadenó a una roca en el Cáucaso, en donde un águila le devoraba cada día el hígado, que se le renovaba durante la noche. Fue liberado de este suplicio por Heracles-Hércules. Otra leyenda decía que, cumpliendo el mandato de Zeus, había creado al primer hombre de barro. Asimismo se decia que fue él (Prometeo) quien inspiró a Deucalión la creación de un barco para que Pandora pudiese realizar su viaje.
Según la mitología griega, Prometeo era hijo de Japeto, otro titán, que además de Prometeo tuvo a los siguientes hijos de una Oceánide: el insolente Menecio a quien Zeus precipitará en el reino abismal de los muertos; Atlante, que será condenado a sostener en sus hombros el peso del cielo; Epimeteo, quien por su irreflexión será un gran daño para los hombres, al aceptar como esposa a Pandora. Así pues, Prometeo, hijo de Japeto y de la Oceánide Eurimedonte (algunas fuentes dicen que el nombre de la madre de Prometeo es Climene), es contado entre los titanes, y en la rebelión contra Cronos peleó al lado de Zeus y trató de llevar a su lado a Epimeteo.
Era Prometeo sumamente diestro en todo arte. Zeus que lo dejó presenciar el nacimiento de ATENA-MINERVA, le enseño astronomía, arquitectura, medicina, metalurgia, navegación, y en general todo lo necesario para la vida humana. El (Prometeo) en su bondad transmitió sus conocimientos a los mortales. Irritado Zeus ante el progreso humano, quiso acabar con todos los hombres. Se interpuso Prometeo en su defensa. Se hizo un sacrificio en Sición y había una discusión acerca de las partes de la víctima que tocaban a los dioses y las que tocaban a los hombres. Fue invitado como arbitro Prometeo.
Partió Prometeo el buey en dos partes, pero formó porciones desiguales: por un lado puso la carne y las entrañas del buey envueltas en la piel, como si fuese el simple esqueleto del animal, y por otro cubrió los huesos con grasa abundante.
Zeus entonces observó lo desigual de las partes, mas Prometeo lo invitó, sin embargo a escoger libremente. Y Zeus, que había reconocido el engaño, pero que quería también denunciarlo en flagrante, eligió el montón de la grasa y, al descubrir los huesos bovinos, se irritó grandemente y castigó a los hombres, que resultaban favorecidos con la carne del animal, a comerla cruda como seres salvajes, pues les quitó el fuego.
Prometeo, entonces ideó un nuevo engaño; calló y se fue a buscar a ATENEA - MINERVA pidiéndole ayuda para subir al Olimpo. Lo dió la diosa y el encendió una tea en el Sol mismo y con ella una brasa que arrebatademente llevó a guardar en un hueco del tallo de un gigantesco hinojo. Apagó la antorcha, tomó la vara y huyó al mundo. Entregó a los mortales en esta forma el uso del fuego.
Cuando Zeus lo supo, juró vengarse. Llamó a Efesto y le mandó que hiciera una mujer de barro y por los cuatro costados le soplara la vida, y a las diosas del Olimpo, que la cubrieran de adornos. Era la mujer mas hermosa que jamás existió y la llamaron Pandora (porque todos los dioses la adornaron). La mandó regalar Zeus a Epimeteo y a Hermes que la fuera custodiando. Pero ya Prometeo había prevenido a su hermano del engaño y le dijo que rechazara el falso don.
Lo hizo así Epimeteo. Al ver Zeus frustrado su plan, y como castigo por el fuego robado, Zeus condenó a Prometeo a cadenas perpetuas en las rocas del Cáucaso y mando a un buitre que le royera sin cesar las entrañas. No había límite para cesar, porque el hígado de Prometeo que era la parte mas vulnerada, se renovaba cada noche. Y aún para dar excusa a los dioses por la ausencia de Prometeo, corría la voz de que había salido en aventura de amor con ATENEA-MINERVA. Cuando Epimeteo advirtó que su hermano no aparecía, llegó a sospechar lo que pasaba, se casó con Pandora. Era ella tan perezosa, frívola y perversa como hermosa. La primera en todo. Había Prometeo pedido a su hermano que le guardara una caja, sin abrirla nunca. En ella había encerrado todos los males humanos: enfermedad, vejez, iras, guerras, locura, vicios, muerte. Pandora abrió la caja y todos esos males se evadieron y fueron a derramarse en la tierra, antes que todo, hiriendo a los dos. La vana Esperanza los persuadió a suicidarse.
lunes, 6 de abril de 2015
La Metamorfosis - Ovidio - Libro primero (Fragmentos)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)