Apolo, el dios del sol y de la música, era un gran cazador.
Éste quería matar a una gran serpiente pitón que se escondía en el monte Parnaso.Fue a buscarla y se enfrentó a ella con sus flechas,le hirió y la mató.
Los dioses estaban muy disgustados puesto que Delfos era un lugar sagrado y no le gusto la idea de que hubiera un asesinato.
los dioses querían vengarse de Apolo por lo que había hecho, pero Apolo reclamó Delfos para sí. Se apoderó del oráculo y creó unos juegos anuales que se celebraban en un anfiteatro, en la colina que había junto al templo. Apolo orgulloso de su victoria se burló del dios Eros por llevar arcos y flechas siendo tan niño. Enfadado, Eros se vengó y le disparó una flecha de oro que le hizo enamorarse locamente de la ninfa Dafne, mientras que a Dafne le disparó una flecha de plomo que le hizo odiar el amor y especialmente el de Apolo. Dafne era una ninfa cazadora consagrada a Ártemis, y por lo tanto, rechazaba cualquier tipo de amor masculino, y, por supuesto, no quería casarse.
De tal modo, el enamorado Apolo persiguió locamente a Dafne. Mientras, ella huía de él. Pero, poco a poco, Apolo fue reduciendo distancias y cuando iba a darle alcance, y se encontraba ya cansada, Dafne pidió ayuda a su padre, el río Peneo de Tesalia. Apenas había escuchado su llamada, cuando todos los miembros se le entorpecen: sus entrañas se cubren de una tierna corteza, los cabellos se convierten en hojas, los brazos en ramas, los pies, que eran antes tan ligeros, se transforman en raíces, ocupa finalmente su cara, la altura y sólo queda en ella la belleza. Este nuevo árbol es el símbolo del amor de Apolo, y puesta su mano derecha en el tronco, advierte que aún late el corazón de su amada dentro de la nueva corteza, y abrazando las ramas con cariño, besa aquél árbol que parece rechazar sus besos.
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